#TBT31: Valenciano y … ¡¡¡Deportivista!!!

Corría el año 2001: tras la marcha de dos de sus ídolos, Gaizka Mendieta y Claudio “El Piojo” López, y la pérdida de dos finales de Champions de forma consecutiva, la segunda sobre todo con un final tan trágico, con penaltis incluidos, un niño valenciano se preguntó por qué era de aquel equipo. La respuesta era evidente: porque su padre lo era, y él lo asumió como propio. Entonces, en un arrebato de decepción por tanta derrota, decidió buscar otro equipo, un equipo que fuese suyo, que lo hubiese elegido él, que no se lo hubiesen impuesto.

Él tenía claro de qué equipo no podía ser: Barça y Real Madrid estaban descartados; pero doy gracias a ese niño que no escogió el camino fácil, que no escogió ser de los que ganan, y sobre todo, doy gracias por toda la gente que he podido conocer por seguir al Depor, ya sea en persona o a través de las redes sociales.

Cuando yo tomé esta decisión, lo primero que hice fue comunicárselo a mi padre; lo primero que me dijo: «¿No será el Madrid?» y yo le dije: «no papá el Madrid mai» (nunca en valenciano).

Ese mismo año 2001 mi padre me llevó a Mestalla, pero esta vez yo ya no apoyaba al mismo equipo de antes. Recuerdo perfectamente la sensación al entrar al campo, aún vacío, pero que después llegaría casi a llenarse y con un gran ambiente. Recuerdo también como un periodista que cubría el partido para Galicia quedó sorprendido y se preguntaba cómo era posible que un niño valenciano sin raíces gallegas podía ser hincha de un equipo del norte de Galicia.

Aquel día el Depor ganó al Valencia por 0-1 con gol del holandés Roy Makaay, y el “payaso” Aimar falló un penalti, o mejor dicho lo paró otro valenciano, Molina. Todavía recuerdo que yo intenté consolar a mi padre, pero él no pudo evitar que se le escapara una sonrisa…

Ahora después de tantos años me acuerdo de aquel partido como si fuese ayer, tanto de la previa como del post partido. Valoro aún más la victoria frente a aquel Valencia, que por aquel entonces era de los mejores equipo del mundo, donde no tenía nada que envidiar a los grandes. Claro que aquel Depor Campeón de Liga el año anterior no le iba a la zaga…

Los años dorados pasaron, y aquel equipo que maravilló y conquistó títulos en España, y que consiguió grandes hazañas en Europa que a día de hoy se siguen recordando, como aquel 4-0 al Milán, fue poco a poco sumiéndose en la mediocridad. Los grandes jugadores poco a poco se fueron marchando o se retiraron del fútbol en activo; el último de ellos fue Manuel Pablo y de eso no hace mucho tiempo. Hasta los más pequeños todavía lo recuerdan.

Muchos me dijeron que me bajaría del barco, que después de las constantes victorias, cuando llegasen las vacas flacas volvería al redil. Pero estaban muy equivocados. porque como dice el cántico “SER DE LOS QUE GANAN ES MUY FÁCIL, SER DEL DEPORTIVO NOS PARECE MEJOR”. O como dijo el gran escritor Eduardo Galeano: «En su vida un hombre puede cambiar de mujer, de partido político o de religión, pero no puede cambiar de equipo de fútbol».

Porque disfrutar de un partido de fútbol está muy bien, pero al final tan solo dura 90 minutos. Lo verdaderamente importante es todo lo que hay detrás, toda la gente que conoces gracias al fútbol y al Depor. Y por eso no me arrepiento de haberme hecho de este gran equipo. Quizás algún día los tiempos gloriosos vuelvan, quién sabe, pero pase lo que pase yo les seguiré apoyando, yo seguiré siendo hincha del Deportivo.